La Feria de la Tapa es un evento del que los rinconeros pueden presumir, que durante cuatro días dinamiza la economía del pueblo, no sólo aportando negocio a los hosteleros que hacen el esfuerzo de doblar plantilla y montar su barra bajo la carpa sino, además del resto del municipio, que ve cómo durante esos días sus negocios acogen a un mayor número de clientes. Vaya por delante, pues, que la Feria de la Tapa es un bien rinconero que no sólo no se debe perder, sino que es algo con amplio margen de mejora con la colaboración de todos los agentes sociales.
Dicho ésto, la Feria de la Tapa tiene otro gran mérito: es capaz de desafiar las leyes matemáticas. Así se desprende del balance que realiza la ACERV de esta XVII, de la que asegura que «supera las previsiones y cierra con un incremento de visitantes, recaudación e impacto económico». Vayamos por partes: