FITUR este año estaba gafado. Desde antes incluso de que se celebrara, un oscuro nubarrón se cernía sobre todo lo que estuviera relacionado de un modo un otro con la feria. El hecho de que la estimación de los costes de la feria variara en 1.000 euros de un día para otro o que, en su última intervención en el debate político de Radio Victoria y presumiendo de transparencia, la concejala Sonia Jiménez (Ahora Rincón) asegurara que las únicas autoridades a las que el Consistorio había pagado el viaje eran sólo la alcaldesa y del primer teniente de alcalde -dejándose fuera al concejal de Turismo que, evidentemente y como él mismo admitió, viajó con cargo a las arcas municipales- se quedan en mera anécdota. Lo más chocante, nos lo trae de nuevo la Guía Turística.