El bipartito del PP-PA han conseguido devolver a Rincón de la Victoria de una tradición de la que en los dos últimos años parecía que conseguía escapar: esa práctica racista de pintar de negro a una persona blanca para hacer de Baltasar en la Cabalgata de Reyes. Abrazar de nuevo lo que se conoce en todo el mundo por el blackface hace retroceder al municipio al pasado y lo sitúa en esa lista vergonzante de localidades que no avanzan en igualdad.
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