El pleno ordinario del pasado mes de enero vivió uno de los momentos en los que la ciudadanía saca los colores a l@s representantes polític@s: un joven, haciendo uso del Escaño 22, reivindicó la necesidad de construir un nuevo skatepark, pues el actual se encuentra en un estado lamentable, tanto a nivel material como de limpieza pues, según indicó, son l@s propi@s jóvenes quienes han de barrer las instalaciones. Entonces, el alcalde, Francisco Salado (PP) se comprometió a, no sólo contemplar una partida presupuestaria que ni siquiera habían previsto -60.000 euros- sino, además, a contar con las personas usuarias del skatepark para desarrollar el nuevo proyecto. Cinco meses después, PP y PA aseguran disponer ya del proyecto redactado y el joven afirma que «no he recibido ni una sola llamada».