Cuando se grita lo honrada que es una

Nunca es buena señal tener que gritar para reivindicarse persona humilde y honrada, especialmente cuando tu interlocutor no eleva la voz. Es el caso de la concejala de Bienestar Social, Elena Aguilar (Cs), cuyos gritos en el Salón de Plenos comienzan a ser una tónica habitual en las escasas ocasiones en que interviene.
La última, durante la celebración del último Pleno ordinario en el que, abocada a la intervención tras la denuncia por parte de Izquierda Unida (IU) por el reparto irregular de tiques de feria para familias vulnerables, mostró su perfil más soberbio. (Foto superior: Elena Aguilar y Clara Perles el pasado mes de febrero. – Cs)
Respaldada por sus socios de gobierno, PP y Cs, con Francisco Salado a la cabeza, Aguilar quiso despejar cualquier duda sobre su gestión y, en realidad, generó más inquietud. Todo en su discurso es pura contradicción porque al tiempo que admitió haber entregado tiques de feria sin conocimiento de Bienestar Social y sin listado alguno, afirma que «no se ha cometido ninguna irregularidad».
Según los datos que ella misma facilitó, se han entregado tiques a 103 familias, a 99 en Bienestar Social y a tres en el Ayuntamiento. Es precisamente el caso de estas tres familias el que el generó la polémica. El número es anecdótico, algo a lo que se aferra Aguilar, pero si uno se para a analizar, el posible patrón de conducta es lo que inquieta.
Sorprende la naturalidad con que la concejala de Cs asume que las familias acudan a su despacho de partido a recoger los tiques de feria en lugar de acudir a Bienestar Social. ¿A qué se debe esto? ¿Es que no es la primera vez que sucede? Y es que, según el relato tanto de Aguilar como de la concejala de Ferias y Fiestas, Clara Perles (Cs), las familias llegaron al despacho de Ciudadanos sin haber pasado antes por Bienestar Social, que es el lugar donde desde hace años se reparten estos tiques, dado que se reparten precisamente entre sus usuarios.
De hecho, la propia Perles relató cómo ella en un primer momento desvió a dichas familias a Bienestar Social. Lo que no sabían ni Aguilar ni Perles es que allí las trabajadoras sociales no tenían la más remota idea de dichos tiques, por lo que las familias volvieron al despacho de Cs en el Ayuntamiento.
Al parecer, los feriantes habían llevado los tiques a la delegación de Ferias y Fiestas. En lugar de remitir allí a las familias, un paseo de apenas tres minutos, optó por hacer que le llevaran los tiques al despacho, siendo Aguilar quien los entregara personalmente. También podría haber optado por llevarlos a Bienestar Social y que las familias se dieran un paseo de cinco minutos para recogerlos, pero no. Eso no sucedió hasta el día siguiente, cuando a partir de las ocho mañana se podían retirar los tiques donde se debía haber hecho desde el principio.
Para entonces ya era día 13 julio y las atracciones llevaban funcionando desde el día 8, perdiéndose cinco días para esas familias vulnerables. Algo que se extendería aún más, porque según ha sabido Arrinconados, hubo familias que no fueron avisadas hasta el 14, teniendo únicamente el 15 para recoger los tiques -el 16 era festivo local-. Eso podría explicar por qué de las 149 familias contactadas, únicamente 99 acudieron a Bienestar Social. Una lástima.
¿Cuántas más familias habrían acudido al despacho de Ciudadanos si no se hubieran encendido todas las luces de alarma tras la denuncia de IU? No lo sabremos y a Aguilar y al resto de sus socios de gobierno no parece importarles.
Por otro lado, saltarse los cauces normales de entrega de los tiques es algo que el equipo de gobierno asume con normalidad. La propia Aguilar lo excuso «por no marear más a estas familias de un edificio a otro» y Perles lo justificó asegurando que «yo no mando a tres familias a que vengan mañana para que paseen de un edificio a otro; resuelvo los problemas de nuestros vecinos, le guste más o le guste menos». Uno se pregunta qué otros trámites resuelve en lugares que nos los propios sin seguir los cauces establecidos para ello, porque lo cierto es que no hay nada más cómodo que negociar una subvención tomándose unas cañas o inscribirse en una escuela municipal enviando un Whatsapp a la concejala de turno para ahorrarse colas en el Ayuntamiento.
La gestión de Cs ha quedado tocada y, por extensión, la del mismo equipo de gobierno. Fue en la intervención forzada de Aguilar en pleno y tras 19 días de su silencio y ninguneo a los medios cuando supimos que en la Feria de La Cala ni siquiera hubo tiques para las familias vulnerables. La dejación de funciones parece absoluta porque la delegación de Aguilar no reparó en que los feriantes entregaban tarde los tiques, algo que considerando que tenía personal de vacaciones debía haber anticipado. Esta fue la causa, junto con tres bajas imprevistas, lo que motivó según Aguilar que «las fichas que entregaron los feriantes para La Cala del Moral se les devolvieran íntegramente con nuestro máximo agradecimiento y con la petición de que fuesen generosos en la feria de Rincón de la Victoria»… Una generosidad que no llegó, puesto que entregaron los mismos 300 tiques que en 2019, según la nota de prensa municipal.
En uno de los momento más histriónicos del Pleno, Perles llegó a reclamar la dimisión de la portavoz de IU, Rocío Calderón, si ésta no se disculpaba, pero lo cierto es que las explicaciones de Cs no alcanzaron el mínimo, ni siquiera cubrieron expediente por mucho que Saldado y los suyos quisieran transmitir lo contrario.
A pesar de tener perfectamente guionizado todo el relato y de leer su intervención, Aguilar se mostró visiblemente alterada, adoptando un papel victimista: «La intención de la señora Calderón ha sido realizar una acusación falsa con la intención de hacerme daño a mi persona y al partido que represento». Vuelve a equivocarse Aguilar; las víctimas son otras, las de su gestión.