El Ayuntamiento arranca el año electoral sin presupuestos para 2023

Como viene siendo costumbre en los Gobiernos liderados por Francisco Salado (PP) con Antonio Fernández como concejal de Economía, el Ayuntamiento de Rincón de la Victoria inicia el nuevo año sin cuentas. En mitad de la crisis económica y en año electoral, el Consistorio no ha sido capaz de confeccionar las cuentas a tiempo, llevando meses incumpliendo la Ley de Haciendas Locales.

Un ejercicio más, el Ayuntamiento ha de comenzar el nuevo ejercicio con los presupuestos prorrogados del año anterior. El motivo es la incapacidad del equipo de Gobierno PP-Cs-PMP de confeccionar unas cuentas en las que, en año electoral, las diferencias en la tríada se hacen más evidentes. En esta ocasión, el equipo que lidera Salado ni siquiera ha presentado oficialmente al Pleno las cuentas para este año, algo a lo que por ley está obligado a hacer en octubre. De este modo, los presupuestos para 2023 no han sido aprobados inicialmente, lo que hace que su entrada en vigor no sea antes, en el mejor de los casos, de febrero, a pocos meses de las elecciones municipales.

El Ayuntamiento no atraviesa precisamente su mejor momento económico: con un gasto desbocado y una deuda millonaria, Salado no ha dudado en acometer costosas privatizaciones de EMVIRIA y EMMSA que penalizan las arcas municipales en varios millones al año y adeudan sueldo a los trabajadores. Mientras, los costes energéticos y la inflación pasan una costosa factura al Consistorio.

No es el único desafío al que tiene que hacer frente el Ayuntamiento, pues a las pérdidas de ingresos en plusvalías se suman también compromisos electorales que ha de poner en práctica este año, como es la gratuidad total del Rinconbús. Además, Salado tendrá que lidiar con la Ley de Cambio Climático y Transición Energética que ya hace dos años avanzaba que en 2023 poblaciones con más de 50.000 habitantes, como es el caso de Rincón de la Victoria, han de definir zonas de bajas emisiones, que impedirá la circulación de vehículos de gasolina matriculados antes del año 2001, los de diésel matriculados antes de 2006, y las motos anteriores al año 2003.

Mientras la Diputación Provincial de Málaga, de la que Salado es presidente, sí ha sido capaz de aprobar sus presupuestos en tiempo y forma, Rincón de la Victoria no tiene hasta el momento ni un documento inicial, algo que despierta la preocupación pues la estrategia mantenida por el alcalde hasta la fecha de posponer el pago de la deuda millonaria hace que ésta se encarezca peligrosamente con la escalada de los tipos de interés.

Los temores por parte de la oposición se dirigen a que esto derive en una mengua de los servicios públicos, cuyo funcionamiento ya tiene notables restricciones. A la cabeza de ello, las políticas sociales, cuyo gasto se encuentra por debajo de la media nacional tal y como reveló recientemente la Asociación Nacional de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales.