El tripartito desliza una subida de impuestos mientras acomete el proyecto faraónico del parque periurbano de Torre de Benagalbón

«Nos vemos casi obligados a subir un poquito los impuestos». De esta manera deslizaba el concejal de Economía, Antonio Fernández (PP), un aumento de la presión fiscal en Rincón de la Victoria de cara al próximo ejercicio. Durante el último pleno municipal, el edil del PP enumeraba el incremento de gasto público que están sufriendo las arcas municipales, que continúan arrastrando una deuda millonaria. A pesar de estos malos presagios para 2022, el alcalde Francisco Salado (PP) ya ha avanzado que antes de que termine la legislatura en mayo de 2023 embarcará al municipio en el proyecto faraónico del parque periurbano de Torre de Benagalbón, cuyo coste estimado ronda los ocho millones de euros.
Las arcas municipales no pueden más, estando al borde de, en palabras del propio edil de Economía, la «catarsis presupuestaria», motivo por el cual el Ayuntamiento se ha visto obligado a acogerse a las ayudas del Gobierno de España.
A los gastos millonarios de diversas expropiaciones que, entre las que cuentan ya con sentencia y las que aún en están en fase de negociación superan los 15 millones de euros, hay que sumar gastos adicionales con los que no contaba el equipo de Gobierno. Entre ellos, destacan los 3,6 millones de euros anuales de ingresos que están en el aire tras la sentencia del Tribunal Constitucional sobre las Plusvalías; el incremento salarial del 2% de los empleados públicos, que suponen más de 300.000 euros o el incremento del consumo energético que rondaría, según Salado, más de 250.000 euros.
Paralelamente, el hecho de haberse visto obligado el Consistorio a acogerse a los Fondos de Ordenación, le obliga a establecer un fondo de contingencia de un 1%, esto es, 450.000 euros. En este contexto, el regidor sostuvo que «hay que intenta cuadrar los ingresos y los gastos; todo se hace reduciendo gastos, pero al final son los impuestos de los ciudadanos los que pagan todos estos gastos que tenemos aquí«.
Gastos, por otro lado, que se ven incrementados por la falta de planificación del equipo de Gobierno PP-Cs-PMP. Un ejemplo de ello son las obras recientemente licitadas de la Plaza del Agua, es decir, la explanada junto al Paseo Marítimo donde se ubicaban anteriormente las instalaciones de Protección Civil. Cuando en 2019 se trasladaron a su actual localización, se acometieron obras de varias decenas de miles de euros, incluido el parque biosaludable. Una obra inútil ahora, dado que se ha proyectado una nueva plaza cuyo coste licitado ronda los 550.000 euros.
Más gastos y proyectos
A pesar de la complicada situación económica que atraviesa el Ayuntamiento, hasta el punto de que, de no haberse acogido a los Fondos de Ordenación, podría haber peligrado el pago de las nóminas de los empleados municipales, el equipo de Gobierno acaba de licitar la privatización del servicio de limpieza, lo que incrementará el coste del servicio en más de dos millones de euros al año.
Además, Salado anunciaba la semana pasada su intención de ejecutar uno de sus proyectos más personales: el parque periurbano de Torre de Benagalbón del que viene hablando hace una década. Con un coste estimado de ocho millones de euros, de los cuales seis correrán a cargo de recursos municipales propios -un millón vendrá de Fondos europeos EDUSI y otro millón de la Diputación de Málaga, según afirmó- la nueva infraestructura contará con una extensión de más de 80.000 metros cuadrados.
Salado explicó que la mayor parte de esa superficie «son parcelas privadas que no estaban adquiridas al 100% y, para poder ejecutar el proyecto, la ley obliga a tener la disponibilidad de los terrenos». Según el regidor, el Ayuntamiento estaría a punto de tener el 100% de esa disponibilidad por lo que se dispondría a convocar un concurso de ideas para su diseño.
Salado mostró su convencimiento de abordar antes de que acabe esta legislatura un gasto de tres millones de euros, que es la inversión necesaria para acometer la primera fase del proyecto.