Rincón de la Derecha

Arrinconados Ayuntamiento

El Partido Popular (PP) ha ganado las elecciones. Su socio de gobierno, los pepinistas que igual caminan con las siglas del PP, que del PA o ahora del PMP (lo único que importa es su benefactor José Mª Gómez Muñoz), es el partido que más crece (714 votos más), con permiso de la extrema-derecha de Vox, que en su primera cita electoral logra un concejal apoyado en 1.145 votos. Ese el dibujo de Rincón de la Derecha.

Con una tasa de participación similar a la de 2015, la primera lectura que debiera hacerse es que la abstención gana la mayoría absoluta. El hecho de que ni siquiera haya votado el 60% del censo debería ser motivo de autocrítica por parte de todos los partidos, no sólo de los perdedores que lamenten la desmovilización, sino también de los ganadores, que cuenta con poco respaldo en términos absolutos. Nadie la hará, especialmente éstos últimos, a los que ya se les hace la boca agua por el botín conseguido.

En cuanto a la victoria del PP, nadie puede decir que votara sin estar informado. El cierre durante un año y medio de la piscina municipal; la aniquilación de la cultura; las irregularidades y sombras de enchufismo en Policía Local, EMVIRIA y EMMSA; la manipulación en la presentación de las cuentas públicas que arrojan la realidad de que seguimos anclados en los 60 millones de deuda; los millones de euros gastados o anunciados en periodo pre-electoral y electoral; la censura, la opacidad… Todo eso se conocía, pero Francisco Salado volverá a ser alcalde… aunque de nuevo en manos de Gómez Muñoz, que sale fortalecido y ya se frota las manos para abalanzarse con sus zarpas sobre EMMSA y EMVIRIA.

Arrinconados Municipales 2019

Ciudadanos cae. Ha perdido 237 votos y un concejal. El liderazgo de Elena Aguilar no ha convencido a su electorado. Podría ser llave de Gobierno si Salado la eligiera, pero si fuera consencuente y tuviera palabra, ella no volvería a tropezar dos veces con la misma piedra. Durante esta legislatura no sólo ha visto cómo Salado y Gómez Muñoz no son de fiar (han incumplido sistemáticamente el acuerdo de investidura, han ocultado información…), sino que se han reído de ella (y esto es literal) en su cara durante más de un Pleno municipal… ¿Volverá a dar su apoyo al tándem Salado-Gómez Muñoz a pesar de ello?

Seguramente, ni siquiera tenga necesidad de decirlo, porque Salado es más amigo de Vox. Antes, incluso, de iniciar la campaña, el popular ya avanzó su predisposición a pactar con la extrema-derecha para llegar a la alcaldía y, a fin de cuentas, sus políticas en Rincón son clónicas, pues si algo ha demostrado Salado es un extremo conservadurismo, su deriva autoritaria y un desprecio por las políticas de igualdad y violencia de género. Así pues, todo hace indicar que el gobierno será PP-PMP-Vox.

Esta deriva autoritaria se percibe, incluso, en la lista electoral de Salado, que se ha rodeado de obedientes más que de buenos gestores. Con la excepción de su número 2, Antonio Fernández, que con su colmillo retorcido es el artífice de la manipulación contable de cara a la opinión pública mientras logró el mayor pico de deuda (por encima de los 80 millones); y de la número 5, la independiente María de la Paz Couto, a la que no he visto desempeñar aun su labor como para juzgarla, el resto de sus concejales son ejecutores más que gente proactiva. Salado es amigo del culto a su personalidad (en su programa, ni una sola fotografía de su equipo) y poco a poco se ha ido sacudiendo de su círculo más próximo a las voces críticas, terminando por rodearse de personas sumisas. En eso, Salado y Gómez Muñoz son primos hermanos.

No podemos obviar el estancamiento de IU a pesar de haber renovado su lista y con un número 1, Enrique Bonilla, que prometía mayor tirón. No ha sido así, de hecho, se le han escapado 57 votos. Mucho peor ha sido la debacle de Podemos, que sigue los pasos de la formación a nivel nacional, con una sangría de casi 900 votos y la pérdida de dos concejales. Varapalo y cura de humildad que, quizás, debería plantear la dimisión de su secretario general, Simón García, que fue una de la voces que más se opuso a una confluencia con IU (a pesar de que su número uno, Rosa Ramada, no sólo apostaba por ella, sino incluso dando un paso atrás en favor de Bonilla).

El PSOE crece más de 1.000 votos, aunque este crecimiento (con un concejal más) tiene sabor agridulce. Ha quedado muy lejos de sus pronósticos y es imposible que Antonio Sánchez alcance la alcaldía. Haber bebido de los votos que ha perdido Podemos (eso también se lo tiene que mirar IU) y, en menor medida, de Cs, no ha sido suficiente para rozar siquiera al PP.

Las fuerzas progresistas han de cerrar filas ahora y prepararse para una legislatura que se avecina muy oscura. Serán años de privatizaciones, de opacidad, de despilfarro en verbenillas, clientelismo, lismonas en lugar de una política social real y censura mediática. Por todo ello, esas mismas fuerzas progresistas han de hacer autocrítica y ponerse las pilas, hacer verdadera oposición, fiscalizar como es debido y no dejar en manos de terceros la denuncia de las tropelías de quien gobierna. Por eso, entre otras cosas, estarán sentados en la misma bancada. A ver si toman nota de una vez por todas.