Hacer política con la religión

Arrinconados Cristo Vandalismo

La parroquia de Lo Cea, en Torre de Benagalbón, sufrió en la madrugada del domingo al lunes un lamentable acto de vandalismo, arrojando sus imágenes (Cristo y Virgen) al suelo, provocándoles daños serios. Junto a la puerta forzada apareció una pintada en árabe que dice «Dios» («Alah»). A pesar de que el equipo de Gobierno en bloque han mostrado su repulsa por este tipo de actos, ya hay quien, incluso, pide su dimisión.

No ha gustado entre muchos de los católicos rinconeros que desde el Ayuntamiento se vayan a poner en marcha el año que vienen los bautizos y comuniones civiles. Ni siquiera ha molestado la celebración en sí, aún cuando ésta es más que cuestionable a manos de la Administración, sino que lo que más ha irritado, por considerarlo en algunos casos una falta de respeto, ha sido que no se hayan molestado en cambiar la denominación de los actos, limitándose a añadir a los sacramentos cristianos la coletilla «civil».

Ello, unido al anuncio por parte de la concejala de Cultura en el pasado Pleno de que no habrá Belén en el patio del Ayuntamiento las próximas Navidades, ha provocado que algunos vean un sentimiento anti-religioso por parte del nuevo equipo de Gobierno. Anoche, incluso, a un servidor le llegó una cadena de Whatsapp amenazando al cuatripartito con presentarle una querella por «fomentar delitos de odio contra mi religión».

Qué sinrazón más grande. En todas partes y, especialmente, en las redes sociales, en las que hace ya mucho tiempo que veo a vecinos rinconeros dar rienda suelta a su bilis mientras en el mundo real no mueven un dedo por mejorar su municipio. Olvidan quienes culpan al Ayuntamiento de los ataques a la parroquia de Lo Cea que ya en septiembre la horcina de la Virgen del Carmen fue atacada, mucho antes de que el Consistorio anunciara sus ceremonias civiles o la retirada del Belén.

Olvidan quienes acusan al cuatripartito de que éste es una pura contradicción, porque al tiempo que pretende desligar la religión del Ayuntamiento, miembros del Gobierno no se perdieron ni una de las procesiones celebradas en Rincón de la Victoria y acudieron, además, no a título personal -lo que sería muy respetable- sino a título institucional, representando al mismo Consistorio que hoy trata de ser aconfesional rozando lo absurdo, como absurdas son las comuniones civiles.

No caigan en el error de hacer política con la religión y reflexionen porque, ¿alguien se ha preguntado si, dado que tanto el ataque a la horcina como a la parroquia de Lo Cea parecen tener una base islámica, no será que quienes profesan esta religión se sienten marginados frente a, por ejemplo, los católicos? Preguntárselo no hace daño y, desde luego, tiene más sentido que lanzar ciertas acusaciones sin base alguna.