Los engaños y la opacidad marcan el fracaso de los presupuestos participativos

Los presupuestos participativos entran en su recta final con la última semana de votación. El balance hasta la fecha es muy negativo: se ha recibido un 40% menos de propuestas que en la edición anterior y a votación sale un 73% menos de proyectos que en 2016, cuando se realizaron hasta la fecha los únicos presupuestos participativos transparentes y vinculantes en el municipio, gracias a los cuales surgieron proyectos como el recientemente inaugurado auditorio municipal.
La ciudadanía ha penalizado los engaños y la falta de transparencia del equipo de Gobierno PP-Cs-PMP con su intento de presupuestos participativos. Así se desprende de que únicamente se hayan recibido 166 propuestas frente a las 280 de la edición de 2018. Las vecinas y vecinos de Rincón de la Victoria no parecen perdonar que las dos consultas realizadas bajo el liderazgo de Francisco Salado (PP), esto es, la del futuro proyecto de paseo marítimo de Torre de Benagalbón y los anteriores presupuestos participativos, hayan sido teledirigidos por el equipo de Gobierno, hurtando la democracia participativa al pueblo.
En esta edición, además, el engaño ha dominado toda la campaña, puesto que si al inicio de la misma la concejala de Participación, Josefa Carnero (PP), se comprometió a hacer públicas todas las propuestas ciudadanas, finalmente se ha impuesto el criterio de Salado y no ha sido así.
De las 166 propuestas recibidas únicamente han salido a votación 32, es decir, ni siquiera un 20%. Aumentando la desconfianza en torno a todo el proceso se suma que desde el tripartito PP-Cs-PMP se han negado a ofrecer una explicación de este cribado, pese a haber sido preguntado por este medio en repetidas ocasiones. En 2016, en cambio, salieron a votación un 73% más de propuestas, justificando el descarte de las que no salieron -un 40% frente al 80% descartado de este año-.
Cuando fueron presentados estos presupuestos participativos, Salado confiaba en obtener mejores resultados que en los anteriores, cuando apenas votaron 500 personas en un municipio que ronda las 50.000 empadronadas. Hasta el momento el balance de participación es muy negativo, habiéndose desplomado un 40% con 166 propuestas, frente a las 280 de 2018.