CCOO denuncia la «situación tercermundista» de la Policía Local y la arbitrariedad por parte de algunos mandos

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La Policía Local fue uno de los caballos de batalla del Partido Popular (PP) en la primera mitad de esta legislatura, llegando a exigir en varias ocasiones la dimisión de la entonces responsable política, la edil de Ahora Rincón Sonia Jiménez. Tras prosperar la moción de censura y sustituido el que fuera durante 15 años jefe del Cuerpo, el alcalde Francisco Salado (PP) lideró un nuevo plan de turnos con el que aseguró que se veía reforzada la seguridad del municipio. Desde el sindicato CCOO no sólo niegan tal extremo, afirmando que «los fines de semana no existen nunca dos patrullas en las calles», como afirma Salado, sino denunciado la arbitrariedad por parte de los mandos policiales a la hora de asignar tareas.

Desde que el bipartito PP-PA llegara a la alcaldía, la imagen de la Policía Local que el equipo de Gobierno ha trasladado a la ciudadanía es de una notable mejoría respecto a la etapa del cuatripartito (PSOE, Ahora Rincón, IU y PA). La realidad que describen los policías de CCOO es bien distinta. Su testimonio se alinea con el que ya compartiera en este medio José Puerta, el jefe de la Policía Local de Rincón durante 15 años, cuando admitió haber renunciado a sus responsabilidades en la Jefatura tras incorporarse de una baja al no compartir los planteamientos de Salado y lamentar la desaparición de unidades tan importantes como el GIE (Grupo de Investigación y Escolta) o la unidad ciclista.

Jesús Martínez, representante sindical de CCOO en la Policía Local, denuncia ahora públicamente las implicaciones que ha tenido en el Cuerpo la reorganización de PP-PA. «El GIE no es que haya desaparecido por completo, siguen de paisano, pero sin las labores de investigación que desempeñaban antes», indica. «La unidad ciclista, que Salado aseguró en un Pleno que no desaparecería, ya no existe», añade.

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Firma del nuevo calendario laboral por parte de los sindicatos, excepto CCOO, que asegura que la mayor parte de la plantilla está en contra.

Martínez explica cómo «los nuevos turnos impiden que se cubran nuevas necesidades». Además, la asignación de tareas y turnos no estaría realizándose de acuerdo a las normas, según CCOO, sino en función de afinidades personales, con total arbitrariedad. «No se tienen en cuenta ni la antigüedad ni el nivel de formación», afirma el delegado sindical, que asegura que «se realiza la asignación a dedo, sin baremo alguno». «El ambiente entre los agentes está calentito», explica, «hay miedo, incluso he visto llorar a algún compañero».

Falta de recursos humanos

Según describe el representante sindical, la falta de recursos, tanto humanos como materiales, es la tónica general en el Cuerpo. A pesar del incremento de población en más de 6.000 habitantes, si en 2010 la plantilla de la Policía Local ascendía a 63 personas, en la actualidad se ha visto reducida a 57. Ni siquiera el grupo de noche, con el que según Salado hay dos patrullas cada noche circulando por el municipio, está suficientemente dotado, pues si con la llegada de PP-PA se dotó de 14 agentes, ya sólo quedan 12. «Cuando se creó en Navidad el servicio especial de seguridad con patrullas a pie fue totalmente en precario», afirma, «La Cala prácticamente ni la pisamos».

Ante esta falta de personal, aún más notable con el nuevo calendario laboral, la centralita y oficina de recepción de denuncias se ha trasladado a la planta de abajo, con lo que cualquier persona que esté en la sala de espera puede enterarse de las comunicaciones. Una oficina, por otro lado, que no cumple con la pactado con el convenio con el Ministerio del Interior, en virtud  del cual se tiene acceso a sus bases de datos, por lo que podría peligrar su continuidad a pesar del extraordinario beneficio que reporta a la Policía Local.

Por otro lado, Martínez revela la extraña circunstancia de que, a pesar de que «no se están cumpliendo con el mínimo de horas trabajadas al año que exige la ley, el pago de horas extraordinarias se ha disparado». Cuando la plantilla debía trabajar 37,5 horas semanales, las horas a deber se contaban por centenares; una cantidad que ahora, con la entrada en vigor de 35 horas semanales se ha reducido pero continúa existiendo. A pesar de ello, las horas extras se han incrementado significativamente, aunque CCOO no puede ponerle cifra concreta, puesto que «desde el Ayuntamiento no se nos contesta ningún escrito», sumándose así a la opacidad que tanto oposición como medios de comunicación ya venían denunciando.

Sin medios materiales

La falta de recursos materiales es otro de los males históricos en el cuerpo de Policía Local. A pesar de contar con partidas presupuestarias propias, Martínez desvela que «desde hace cerca de un año no sabemos nada de nuevos vehículos, porque los que se presentaron el año pasado -un coche y dos motocicletas- fueron gestionadas por el anterior jefe de policía». Mientras, el sindicalista advierte del lamentable estado de los vehículos –«a uno le suena la trócola, otro ha estado sin ITV…»-, temiendo que ello pueda poner en peligro, no sólo a los agentes, sino a la propia ciudadanía.

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Pese a disponer de partidas presupuestarias propias, el último vehículo de Policía llegó en mayo de 2018, fruto de la gestión del anterior Jefe, según CCOO.

La precariedad se extiende a la uniformidad, según describe Martínez. A pesar del anuncio a primeros de año por parte de PP-PA del gasto de 36.000 euros en nuevo equipamiento que, según Salado, «mejora el anterior para dar respuesta a las necesidades de estos agentes, que recibirán la indumentaria y material de protección de manera individualizada, por policía y número de agente», lo cierto es que ésta no ha llegado a la totalidad de la plantilla.

«Desde Jefatura nos dicen que ya no hay dinero y hay motoristas que no cuentan con las protecciones a que obliga la orden interior», indican desde CCOO. Precisamente por esta orden, en caso de que un agente reciba órdenes de patrullar en moto y no cuente con las debidas protecciones -porque no le han sido entregadas- puede exponerse a una sanción, explica Martínez.

El despropósito con las equipaciones no queda ahí: el representante sindical indica que «algunos de los agentes que sí han recibido la nueva indumentaria, no pueden ponérsela porque la talla no es la correcta«. Martínez asegura que, «en lugar de gestionarse desde el Ayuntamiento, han tenido que ir los agentes en sus horas libres a la empresa proveedora -Sector 112-, y una vez allí se han negado a realizar el cambio«.

Silencio sindical

Así las cosas, Martínez habla de «situación tercermundista, con la mayoría de los policías en contra de los nuevos turnos», sorprendiéndose del silencio de los otros sindicatos, no sólo con el panorama descrito, sino en relación a las declaraciones del actual Jefe de Policía en las que cuestionaba la profesionalidad de algunos agentes. «UGT ha emitido ahora otro escrito recientemente, como nosotros hicimos en diciembre« en relación a esa polémica, pero el resto de sindicatos guarda silencio. Algo, a sus ojos, que nunca habría sucedido con el anterior Jefe de Policía, que aplicaba el régimen disciplinario y, en este caso, «se mancha la honorabilidad del cuerpo y eso es una falta muy grave por la que ni siquiera ha habido una disculpa».

«Ni el alcalde nos quiere recibir, ni el jefe se ha reunido con el Cuerpo ni parece que haya intención de crear la comisión de investigación mandatada por el Pleno municipal«, indica Martínez. Hasta tal punto ha roto Alcaldía relaciones con CCOO, que el sindicato a nivel provincial ha tenido que interceder, encontrando también el silencio por respuesta. «Queremos transparencia, nosotros somos un sindicato, no políticos, y buscamos la mejora de nuestras condiciones laborales», sostiene Martínez, que en las próximas elecciones sindicales confía ganar aún más afiliados.