Salado advierte de la inestabilidad de una alcaldía que no descanse en el PP

El actual alcalde de Rincón de la Victoria y presidente del Partido Popular (PP) del municipio, Francisco Salado, presentó anoche su candidatura oficial a las elecciones del próximo 24 de mayo. Arropado por el presidente de la Diputación de Málaga, Elías Bendodo; y los alcaldes de Málaga, Francisco de la Torre; de Nerja, José Alberto Armijo o de Benahavís, José Antonio Mena, entre otros, Salado ejecutó un acto de fuerza al reunir a cerca de 600 personas, según fuentes del PP, en el Restaruante Riosol.
Arrancó el acto Francisco de la Torre, calificando el mandato de los populares de «sanidad económica». El alcalde de Málaga sería el primero de la noche (le seguirían Bendodo y el propio Salado) en pedir a los asistentes el voto para que el PP consiga la mayoría suficiente para gobernar en solitario: «hay que transmitir la bondad de un gobierno estable, de lo contrario, estaremos sujetos a coaliciones de partidos. ¿Estamos seguros de que esos pactos son posibles? ¿Estamos seguros de si esos partidos pactarán más mirando a sus otros intereses autonómicos o, incluso, de las elecciones generales?».
Bendodo ahondaría en este supuesto, planteando la disyuntiva «o la estabilidad del equipo de gobierno del PP o la inestabilidad de todos contra el PP». El presidente de la Diputación de Málaga aseguró que «el Rincón ya ha cogido buena velocidad de crucero», advirtiendo de que «no podemos volver al pasado». Bendodo sostuvo que «media campaña ya está hecha porque si el PSOE llega a la Diputación de Málaga, ya ha dicho que no invertirá nada en Rincón de la Victoria y nosotros en estos cuatro años hemos invertido 5 millones de euros».
Unas palabras que posteriormente refrendaría Salado, que también es portavoz PP en la Diputación desde 2007, indicando que Francisco Conejo, su homólogo socialista en la Diputación y concejal en el Ayuntamiento de Málaga, «ha asegurado que no piensan invertir nada en los municipios de más de 20.000 habitantes». El alcalde rinconero enumeró la lista de infraestructuras levantadas gracias a las financiación de la Diputación, incluido el polémico campo de rugby del Complejo Deportivo Manuel Becerra, que ha costado 1,39 millones de euros. «Si no hubiera sido por la Diputación, no habríamos hecho nada».
La herencia recibida
Francis Salado, como le llaman sus amigos más cercanos, hizo especial hincapié en la que se aparece como una de las principales temáticas de la campaña electoral que arranca el próximo 8 de mayo: la deuda municipal. «Lo primero que hay que hacer cuando uno llega, es arreglar la Hacienda y el PP siempre es el que la arregla; luego llegan los otros, la vuelven a estropear y vuelta a empezar cuando regresamos. Hay que romper con ese círculo vicioso». De esta manera, el candidato popular hacia un llamamiento a que el pueblo respalde un segundo mandato del PP porque «se necesitan al menos dos gobiernos para encarrilar el municipio».
El alcalde borró de un plumazo las acusaciones por parte de la oposición de haber incrementado la deuda municipal, afirmando incluso que «la hemos rebajado en 5 millones de euros». En la actualidad, la deuda se situaría en unos 85 millones de euros (casi 2.000 euros por habitante), frente a los 90 millones que Salado asegura haber encontrado cuando llegó en 2011. «El informe que encontramos al llegar era de 58 millones de euros, pero a raíz del Plan de Pago a Proveedores de Montoro comenzaron a salir del cajón las facturas a proveedores, a los que se pagaba a 689 días, y nos juntamos con más de 32 millones de euros adicionales».
Salado fue tajante al asegurar que «es falso que hayamos endeudado más al Ayuntamiento, lo que hemos hecho ha sido aflorar las deudas que ya había». Tanto es así, que el candidato afirma que «el Ayuntamiento no había presentado las cuentas al Tribunal de Cuentas desde 2007 [año en el que el propio Salado terminó su mandato] y lo hemos tenido que hacer nosotros porque ya habíamos recibido notificaciones, incluso, penales».
En palabras de Salado, un saneamiento de las cuentas al que se suma que «hemos pasado de un déficit de 13 millones de euros a un superávit de 5 millones y, además, sin haber despedido a nadie». Afirmación, por otro lado, que choca frontalmente con cerca de la veintena de demandas por despidos improcedentes que Carmen Millán, concejala de Recursos Humanos del Consistorio, admite que se han abiertos (seis de ellas a favor de los demandantes y el resto en proceso).
El regidor supeditó el resultado de su gestión a esta herencia recibida, indicando que «hemos tenido que tirar de ingenio para hacer más con menos, como demuestran el aumento del 40% en políticas sociales o el Plan de Empleo al que destinamos dos millones de euros y ha dado trabajo a 400 personas». Todo ello, apuntó, «a pesar de esa herencia, de las piedras en el camino que nos ha ido poniendo la Junta de Andalucía y de una clara pérdida de ingresos por la crisis». Ejemplo de ésto último es el hecho de que, según Salado, «hemos pasado de ingresar unos 12 o 13 millones de euros en licencias a apenas 300.000 euros».
Presentado su equipo al completo -la menor de sus integrantes cuenta con 20 años- y tras el repaso a sus cuatro años de mandato, Salado animó a los asistentes a «que salgáis a la calle a contar todo ésto porque no todo el mundo lo sabe».
La confusión se hace más patente con los datos aportados ayer por el alcalde: Mientras él asegura que la deuda que encontró al llegar al Ayuntamiento fue de 58 millones de euros, los datos del Ministerio la sitúan en unos 32 millones (cuentas que a día de hoy, según Salado, han sido presentadas al Tribunal de Cuentas por el actual equipo de Gobierno) . Independientemente de este desfase, ya en julio de 2011, Salado informó de que la deuda municipal ascendía a 57,6 millones de euros, de los que 32,3 correspondían a créditos bancarios y el resto (unos 25,3 millones) a pago a proveedores.
A esta cifra habría que sumar los cerca de 32 millones de euros que, según aseguró Salado anoche, afloraron como consecuencia del Plan de Pago a Proveedores de Cristóbal Montoro. Sin embargo, a pesar de que ese primer Plan data de 2012, en junio de 2013 y ya con toda la deuda aflorada, el concejal de Economía y Hacienda, Antonio Fernández, aseguraba que la deuda municipal durante la legislatura 2007-2011 ascendió a 70,8 millones de euros, que son casi 20 millones de euros menos de lo indicado anoche por Salado, y que supondría un incremento de la deuda en esta legislatura de más de 14 millones de euros.