Salado falta a su palabra y rehúye de la prensa para no pronunciarse sobre la condena por agresión de Gómez Muñoz

Quince días después de conocerse la condena firme por la vía ordinaria del concejal José Mª Gómez Muñoz (PMP) por la agresión leve a la vecina rinconera que se manifestaba pacíficamente contra la tala indiscriminada de La Cala de Moral, el alcalde Francisco Salado (PP), se niega a contestar a los requerimientos de los medios de comunicación. El regidor popular falta así a su palabra tras haber afirmado que tomaría alguna medida cuando se conociera el resultado de la apelación.
Como sucediera con el Juzgado de Intrucción número 13, la sentencia de la Audiencia Provincial por probada la agresión del edil del PMP a la ciudadana de Rincón de la Victoria, condenándole además al pago de las costas del proceso. Esta nueva sentencia es tajante al indicar que “no encuentra en conciencia motivos para tachar de errónea la convicción moral a que llegó la Juzgadora de instancia […], ni consiguientemente para efectuar reproche legal a su conclusión declaratoria de la culpabilidad” de Gómez Muñoz.
En contra de lo expuesto públicamente por el concejal condenado, la Audiencia Provincial niega con contundencia que tanto la víctima de la agresión como el testigo de la misma –el editor de Arrinconados– “hayan faltado a la verdad para perjudicar los derechos e intereses” de Gómez Muñoz.
A pesar de ello, de la solicitud por parte de la oposición progresista de dimisión o cese de Gómez Muñoz e, incluso, del malestar manifestado por buena parte de la ciudadanía en las redes sociales del municipio, Salado no sólo se niega a pronunciarse sino que, tanto desde su cargo como alcalde de Rincón como de presidente de la Diputación Provincial de Málaga se niega siquiera a responder a la prensa.
Al silencio de Salado se suma también el del tercer miembro del tripartito, es decir, Ciudadanos (Cs), cuya líder Elena Aguilar vio recientemente su imagen tocada tras el escándalo de los tiques de feria entregados irregularmente. Ante la posibilidad de poner en riesgo su mayoría en el Pleno, tanto PP y Cs, han optado por cerrar filas con un sonoro mutismo que ha generado diversas protestas de una ciudadanía que no alcanza a comprender cómo la agresión a una vecina por parte de un concejal en el ejercicio de sus responsabilidades no tiene ninguna consecuencia política.