Con el único apoyo del equipo de Gobierno (PP-Cs-PMP) y un llamativo silencio de Ciudadanos y Por Mi Pueblo, que han optado por borrarse del debate, el Ayuntamiento de Rincón ha aprobado inicialmente los presupuestos municipales para 2023. La oposición en bloque ha reprochado a la corporación que las cuentas lleguen a pleno con cuatro meses y medio de retraso respecto a lo que dicta la Ley de Haciendas Locales, atribuyendo a las disputas internas de los socios de coalición a las puertas de las elecciones municipales del próximo 28 de mayo.
A pesar de la elevada demora que arrastra la presentación del presupuesto, momentos antes del inicio del pleno -que comenzó con casi 20 minutos de retraso- Alcaldía ha presentado la primera propuesta de modificación (en favor de las delegaciones que ostenta Cs-, lo que ha generado la crítica de la oposición, que ha afeado la nula negociación de las cuentas con el resto de grupos trayendo a pleno un presupuesto cerrado. No será la única modificación presupuestaria, pues el equipo de Gobierno ya ha avanzado que se producirán cambios mensualmente.
Al presentar las cuentas, que traen ingresos de 50,18 millones de euros y de 49,95 millones en gastos, el concejal de Economía y Hacienda, Antonio Fernández (PP), ha avanzado que «2023 será muy difícil en lo económico» y «tendremos problemas de tesorería», entre otras circunstancias, por la pérdida de ingresos tras la sentencia sobre las plusvalías. A este respecto, cuyos ingresos para 2023 se estiman en 2,5 millones de euros, Fernández ha indicado que apenas se recaudaron 2 millones frente a los 2,4 millones presupuestados (respecto a los 3,6 millones de 2021 que el alcalde Francisco Salado (PP) esperaba haber recaudado).
Las críticas por parte de la oposición no se han hecho esperar. José Antonio Rodríguez (Vox) ha criticado que «Rincón sea el único municipio de más de 50.000 habitantes que invierte menos de 1 millón de euros y, además, haya sido incapaz de reducir su deuda». El concejal de Vox ha sido especialmente crítico con las hasta 64 partidas, dotadas con más de 20 millones de euros, para externalizar trabajos. En este sentido, Rodríguez ha lamentado que «el 10% del presupuesto en 2022 fue a parar a contratos menores», esto es, contratos a dedo sin licitación pública que, como ha indicado, deriva en que una empresa haya sido adjudicataria de 140.000 euros con doce contratos menores. «Un auténtico pelotazo», ha insistido.
La conclusión general entre los grupos de la oposición es que la partida de ingresos está inflada, mientras los gastos se disparan. Rosa Ramada (Podemos) lo ha ilustrado apuntando a la previsión de ingresos en multas, que asciende a 730.000 euros, cuando en 2022 la previsión fue de más de 300.000 euros, de los cuales sólo hubo unos 170.000 euros de derechos reconocidos de los que finalmente ni siquiera se han recaudado 90.000 euros.
Manifestando su preocupación por la situación que atraviesa el Ayuntamiento, Rocío Calderón (IU) ha criticado que la partida de bienestar social se mantenga plana pese al incremento de la población y las necesidades. A estas reflexiones se suman las del edil socialista Antonio Sánchez, que ha llamado la atención sobre lo caras que salen las privatizaciones -el Capítulo 2 ya supone el 40% del presupuesto-, mientras «la percepción de los vecinos y vecinas es que Rincón sigue estando sucio».
Sánchez, que ha aplaudido los 12 millones de euros que llegan a las arcas del Consistorio desde el Gobierno de España, considera que las cuentas no se ajustan a las necesidades del municipio, reprochando la mala planificación del equipo de Gobierno con actuaciones como las obras en el paseo marítimo a las puertas del inicio de la temporada turística, lo que en su opinión traerá un impacto muy negativo a la hostelería rinconera.
La deuda municipal, cercana a los 60 millones de euros ha ocupado también varios minutos de la intervención en el Pleno. Aunque Salado ha querido situar el origen del endeudamiento en los gobiernos socialistas, ha sido el propio edil de Hacienda quien ha recordado que fue en el año 2012 -segundo año del gobierno de mayoría absoluta del PP liderado por Salado- cuando la deuda superó los 90 millones de euros.
Salado ha acusado a gobiernos socialistas previos de solicitar préstamos para cubrir gasto corriente, afirmación que se le ha vuelto en contra cuando en un punto posterior a la aprobación inicial del presupuesto, el tripartito ha traído a Pleno una nueva refinanciación de un préstamo a más años y con un tipo de interés mayor que el actual. La oposición ha calificado la medida de «nueva patada hacia adelante», incluso, de una suerte de «estafa piramidal solicitando préstamos para pagar préstamos previos».